Para mí HADIME fue una sorpresa, hacía poco que había cruzado por una circunstancia devastadora en mi vida! Dios uso cada devocional, tiempo de alabanza, enseñanza y tiempo de discipulado personal para sanar mi corazón mi mente y mis emociones. Me regreso la identidad que había perdido, revivió en mi Sus sueños y pude escuchar muy fuerte el llamado que el tenia para mí que es darle gloria siendo luz en lugares obscuros.
Aprendí muchísimas cosas sobre las misiones, la cultura, como presentar el evangelio y la importancia del discipulado personal siguiendo el ejemplo de Jesús. Ahora estoy de tiempo completo en el ministerio, junto con otra “Hadimera” Jazmín en una comunidad muy “obscura” a orillas de mi ciudad! Con los niños tenemos un club donde les enseñamos principios bíblicos, y un estudio bíblico con algunas señoras de la comunidad que ya han reconocido a Jesús como su Salvador, y ahora comenzamos a hacer reuniones dominicales.
Ha sido todo un reto pero sin duda alguna sabemos que Dios uso el tiempo de entrenamiento en Centro Mateo para equiparnos y prepararnos para esta gran aventura a la que Dios nos ha invitado!